domingo, 14 de agosto de 2011

UN REY NACIDO EN COSTA RICA

UN REY NACIDO EN COSTA RICA

Como una “real casa”, hace cien años se extinguió la de Talamanca, al morir el último “rey” o cacique de esa región: una muerte quizá provocada por intereses económicos adversos a él. Los bribris y cabécares fueron los pueblos mayoritarios entre las etnicas indígenas costarricenses, y fueron también de los últimos en doblegarse al dominio español. Desde el siglo XVI, amparados en el bosque tropical húmedo, los bribris y cabécares se enfrentaron a los colonizadores, cuya cabeza de lanza fueron los misioneros franciscanos.
Se recuerdan las rebeliones de esas y otras etnias aliadas, como las derbis (en 1544), chánguinas (1610), urinamas (1678) y tariacas (1709). La última rebelión culminaría con la detención de 700 indios y la decapitación del líder del levantamiento, Pablo (Pabru) Presbere, el 4 de julio de 1710 en la plaza de Cartago.
Esas etnias se organizaban en clanes cuya descendencia se traza por la línea materna. Sus rasgos culturales tienen mucha semejanza con los indígenas amazónicos y sus idiomas pertenecen al tronco lingüístico macrochibcha.
Aquellas etnias de Costa Rica se consideraban creadas por el dios Sibú (Sibö) a partir de granos de maíz. Los máximos dirigentes fueron el usëkol (guía religioso), pertenecientes a la etnia cabécar; y el blu, cacique (dirigente civil) de la etnia bribri.
EL BLU
En 1862 había tres caciques o reyes en Talamanca; el principal fue Chirimo; los otros dos, Santiago Mayas y Lapis. Por ley del 25 de julio de 1867, el gobierno de Costa Rica les dio el carácter de jefes políticos. Birche y Willie (William Forges), primos de Santiago Mayas, tomaron el poder a la muerte de Lapis.
Por supuesto abuso de poder, Birche fue destituido por el gobernador de la provincia de Limón. Así, en 1874, el Estado le dio un poder decorativo al cacique Willie, y el poder real a un antiguo oficial de la marina estadounidense, Johnn H. Lyon. Este se había establecido en Salamanca en 1858, donde se casó con una indígena de la real familia. Además, en 1867, Lyonb había sido nombrado director de Reducciones en Talamanca.
William Forbes fue acusado de homicidio y destituido de su cargo del cacique. Entonces, el 23 de mayo de 1880, el gobernador de Limón nombró cacique a un sobrino de Forbes: a Antonio Saldaña. Saldaña, de unos 20 años (había nacido alrededor de 1858).
La sede de su reinado fue Túnsula (cercanías del río Lari), donde todavía se conservan las grandes piedras de moler maíz (o tumbas), de lo que fue su inmenso rancho cónico.
Es posible que el término español “rey” haya sido adoptado por los talamanqueños de los zambos mosquitos, sus frecuentes visitantes en el litoral caribe. Los mosquitos denominaban “rey” a su jefe. Para los bribris y cabécares, el rey era el máximo dirigente social y político. En el plano simbólico, el rey se asemejaba a Dios y al useköl, quien ostentaba el máximo poder religioso.
Aún en el siglo XIX, los reyes de Talamanca eran bkli: oradores o intermediarios entre el useköl y el pueblo. En bribri y cabécar, blu es la palabra para jefe o cacique. Blu también significa “rico”, y se aplicaba a quien era un valiente guerrero. El cargo de blu era hereditario por la línea materna. Los reyes siempre procedían de clanes bribris.
FAMILIA
ANTONIO SALDAÑA pertenecía al cla Salwak (“dueños del mono colorado”, el Ateles sp.), del que provenían los últimos reyes o caciques. En la tradición de este pueblo indígena, se cree que sus antepasados tenían un rabo delante y otro detrás, y dos cabezas, así como ojos en la cara y en la cabeza.
Al igual que los monos colorados, los reyes eran fuertes y vencían al enemigo colgándose y azotando con sus colas, escondiéndose o escapando fácilmente.
Saldaña fue el rey de los bribris y cabécares, en ambos lados de la cordillera, y de los teribes, changuinolas y borucas. Era reconocido por unos 3.200 indígenas.
Antonio Saldaña fue sobrino materno de Santiago Mayas y tuvo tres hermanas: María, Margarita y Cenobia. Sus esposas también fueron tres: Oleria, Leonor Almengor y Aurelia Cuellar. Recordemos que la poligamia ha sido costumbre ancestral entre los indígenas talamanqueños.
Quien podía heredar el cacicazgo de Antonio era su sobrino de mayor edad, en este caso José, hijo de su hermana Margarita. Ante su desaparición lo haría Ramón (Siarke), hijo de su hermana María y de Floripo Almengor. Estos datos fueron consignados por José Fidel Tristán en su artículo “la familia real de Talamanca” (Revista de Costa Rica. N.6, 1922).
En 1882, el viajero sueco Carl Bovallius describió a Antonio Saldaña como un indio joven y bien desarrollado, de 1,80 m. Vestía en forma sencilla, pero se diferenciaba de los demás por llevar sus insignias de oro y el bastón de mando del jefe.
RESISTENTE.
Saldaña siempre se opuso a la ocupación de sus tierras por foráneos; coincidió así con sus antecesores Guaycorá (en el siglo XVII), Presbere (en el siglo XVIII) y otros líderes indígenas, incluido Santiago (Tío de Saldaña), quien en 1870 peleó por defender el territorio de Sixaola al lado de trescientos indios armados.
Saldaña fue contradictorio en su trato con el gobierno. Primero se opuso a al presencia de maestros en su territorio y a que los indígenas prestaran servicio militar, pero luego pidió al presidente Cleto González modificar la política de abandono hacia aquellas regiones.
A la vez, la tradición oral de los indígenas talamanqueños registra que Saldaña se opuso a la presencia de la compañía bananera mediante sabotajes a las plantaciones y a las vías ferroviarias. En 1909, la empresa bananera Chiriquí Land ocupó, con sus cultivos, la mayor parte del valle de Talamanca.
Antonio murió el 3 de enero de 1910, con ocasión de unas fiestas funerarias, al igual que su sobrino José, quien debió sucederlo en su cargo. El reporte oficial estableció que ambos fallecieron envenenados por beber tintura de yodo; pero, para cierta tradición oral, esas muertes no fueron accidentales.
VERSIONES
Algunas versiones señalan al yerno de Saldaña, Guillermo Gabb Lyon, como partícipe de una conspiración. Otras versiones mencionan un conflicto personal con otro indígena, quien lo envenenó; otras referencias aluden a su oposición a la presencia de la bananera como motivo principal de su muerte.
Entre las fuentes escritas que mencionan las versiones de su muerte, están un artículo de Carlos Meléndez y un texto denominado Narraciones bribris. Así cuentan los mayores (publicado por la Asociación Cultural Datzökata. Cachabri, Talamanca, 1996).
Ramón Almengor (Siarke), el último heredero, tuvo un mandato efímero y solo reconocido por los bribris. Murió de tuberculosis el 28 de enero de 1922 en el Hospital San Juan de Dios, en San José.
Con la muerte de Antonio Saldaña y sus herederos, la organización social y política de las culturas talamanqueñas sufrió un duro golpe. Aun así, su espíritu de resistencia continúa cuando otras formas de usurpación han aparecido en su territorio mediante exploraciones del subsuelo, avanzadas evangelizadoras y la prohibición de sus costumbres.

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