domingo, 14 de agosto de 2011

Nuestra vida emocional.

Nuestra vida emocional.

Los componentes de la emoción: sentimientos, sensaciones y acciones.
Los científicos han tenido tiempos difíciles en la definición de lo que es una emoción. No obstante, ellos la consideran desde tres diferentes aspectos: psicología, fisiología y comportamiento.
Escojamos la emoción del miedo, por ejemplo. El hallazgo individual por uno mismo en cierta situación de peligro es probablemente tener el “sentimiento” de que va a pasar algo desagradable. Puede advertir que comienza a transpirar, su corazón se acelera y tiene la sensación de mariposas en su estómago. Todo esto puede hacer que quiera escapar de esta situación, que bien puede hacer huyendo lejos. Como alternativa, puede sentir que debe vencer esta situación de miedo, preparándose entonces para el combate.
El componente psicológico de esta emoción es el sentimiento de la inminencia de algo desagradable que va a pasar.
Desde el punto de vista fisiológico, las glándulas adrenales bombean adrenalina al exterior, la hormona provoca una aceleración del corazón, un incremento de la transpiración, resecamiento de la boca y alteración del peristaltismo intestinal. En esencia, los efectos fisiológicos consisten en preparar al cuerpo para “luchar o huir”. Finalmente, la forma de actuación o comportamiento individual marca el componente del comportamiento.
Cuando usted considera las emociones en este sentido, parece probable que comience la secuencia con el estímulo de disparo que produce el “sentimiento” psicológico, que crea entonces la “sensación física”, que en la característica acción o comportamiento uno asocia a la particular emoción. Por eso nos encontramos tristes, rompiendo entonces a llorar, o nos hallamos contentos y reímos. Pero no todos los psicólogos estarían conformes.
De acuerdo con la ley de James-Lange, formulada por primera vez en 1884 por el psicólogo americano William James y el fisiólogo noruego Lange, primero aparecen las sensaciones corporales. Como resultado, ellas desencadenan los sentimientos psicológicos que nos hacen experimentar la emoción.
Cuando uno considera la llamada emoción mayor, entonces esto parece plausible. Retornando al ejemplo original del miedo, la liberación de adrenalina por parte del organismo puede provocar más fácilmente la “lucha o huida”. Por otra parte, parece ingenuo imaginar que un estímulo le haga a uno llorar, y que debido al llanto usted se siente triste.
Pero si usted intenta llegar hasta el final de este razonamiento, no lo conseguirá jamás. Lo más importante de apreciar es que las emociones marcan un punto patente en el que las funciones de la mente y del cuerpo se convierten en una sola.
El alcance de las emociones.
El hombre siempre ha reconocido las diversas emociones a las que ha estado sujeto. Las creencias religiosas de la Antigüedad afirman esto, desde entonces los nombres de muchas de sus divinidades nos han sido transmitidos. Por ejemplo, los griegos creían en Ares, el dios de la guerra, siempre estaba acompañado de su hijo Fobo (temor) y el dios Pan, disfrutaba causando un terror súbito a los viajeros solitarios. En este punto podemos ver dos problemas emocionales comunes: las fobias y los ataques de pánico.
En la antigua China las emociones eran consideradas como una parte integral de la vida. Sin embargo, según la medicina tradicional china, si una de las siete emociones, persiste durante mucho tiempo, el resultado será la enfermedad. Dentro del sistema se consideran como las emociones más relevantes: alegría, enfado, preocupación, meditación, tristeza, miedo y terror. Resulta interesante que se cree que no son sólo las emociones las que pueden causar problemas. El estar alegre durante mucho tiempo, o pensar demasiado durante mucho tiempo, también puede ser causa de enfermedad.
Aunque las siete emociones de los chinos, más su concepto de “frustración”, parecen cubrir mucho terreno, nosotros en Occidente parecemos estar afligidos con las emociones adicionales negativas de culpabilidad, celos y odio. Por supuesto, las personas de todo el mundo están afectadas por el amor, sea correspondió o no.
El alcance de los problemas emocionales.
La ansiedad y la depresión son los dos problemas emocionales más comunes a los que se enfrentan las personas de Occidente, que constituyen entre los dos un 60 por 100 de los problemas emocionales. Las causas de los mismos varían en función de cada persona, así como el grado de emoción. La ansiedad abarca desde la mínima anticipación nerviosa ante un evento hasta un ataque paralizante de pánico. Análogamente, la depresión varía desde la mínima descarga de sentimientos hasta la profundidad de la desesperación. Las acciones autodestructivas, eventualmente incluso con intentos suicidas, pueden acompañar a esta última.
ES IMPORTANTE EL QUE SI ALGUIEN SIENTE CÓMO SE HACE DAÑO A SÍ MISMO, O SE ENCUENTRA AL FINAL DE SU VIDA, DEBERÁ CONSULTAR INMEDIATAMENTE A UN MÉDICO.
Las fobias afectan a un porcentaje entre el 15 y el 20 por 100 de la población. Se trata, esencialmente, de estados en los que se siente una excesiva cantidad de miedo cuando uno está en contacto con un objeto o situación que en realidad no constituye peligro alguno. A pesar del hecho de que la víctima conoce esto, es incapaz de enfrentarse a esta situación, de forma que la evita. Por tanto, las personas que temen a las multitudes (agorafobia), nunca pueden abandonar su vivienda; aquel que odia los espacios cerrados (claustrofia), no es capaz nunca de viajar en un ascensor, y las personas con fobias muy específicas –por ejemplo, a los gatos-nunca son capaces de visitar una casa sin saber con certeza que no hay gatos en la vecindad. Verdaderamente, puede representar un increíble problema de limitación.
El enfado es algo que virtualmente experimenta cada uno de tiempo en tiempo. No obstante, para alguna s personas puede aparecer tan repentinamente que ellas mismas se condenan al ostracismo. Para ellas la vida puede ser un continuo esfuerzo de lucha para controlar su temperamento. Las relaciones, los trabajos, incluso los compromisos sociales más simples, pueden chocar con una rabia repentina.
En un menor grado, la irritabilidad puede producir presión sobre el individuo. La más trivial de las causas puede ponerlo furioso, o puede llegar a ser tan crónico que toda su perspectiva de la vida se vuelve cínica.
El monstruo de los ojos verdes de los celos puede “asomar su horrible cabeza” en cualquier estadio de la vida, desde la infancia a la vejez. En ocasiones, éste se vuelve a desaparecer bajo la superficie tras una salida rápida, pero otras veces su malévola mirada taladra al desafortunado para atraparlo durante su vida.
El sentimiento de culpa es una de las emociones más destructivas. Realmente, de acuerdo con la teoría del psicoanálisis, se trata de uno de los principales factores implicados en el desarrollo de la enfermedad. Con el propósito de evitar la emoción de la culpa, la mente es inducida a manejar un número de mecanismos de defensa mental inconscientes que permiten al individuo enfrentarse con sentimientos que normalmente le hacen sentirse culpable.
Existen, por supuesto, épocas en la vida en las que uno se encuentra en un nivel bajo. En las mujeres, por ejemplo, la fase premenstrual es una época recurrente en la que existe un potencial para desequilibrarse. Entre la ovulación y el comienzo del flujo menstrual tienen lugar profundos cambios hormonales. Por otra parte, la ingesta de la dieta puede variar de la habitual para causar fluctuaciones de minerales y electrólitos. En este periodo vulnerable muchas mujeres sufren el llamado síndrome premenstrual. Para un elevado porcentaje de mujeres se trata de una época para ser temida, pues se experimentan muchas emociones diferentes e inespecíficas, pasando de la depresión a los celos y violentos ataques de rabia.
Es muy importante la imagen que uno tiene de su cuerpo. Si se tiene una pobre imagen, entonces la autoestima es igualmente pobre. En ocasiones se percibe esta imagen distorsionada, lo cual conduce a trastornos de carácter alimenticio como anorexia nerviosa y bulimia. No son problemas a menospreciar.
SI ALGUIEN PIENSA QUE PARECE ESTAR DOMINADO POR EL ADELGAZAR, LAS DIETAS O, A LA INVERSA, POR EL DESEO DE COMER, DEBERÁ BUSCAR EL CONSEJO DELDICO.
Es frecuente tener dificultades para conciliar el sueño cuando la mente está asediada por inquietudes y preocupaciones. Para las personas que duermen normalmente, resulta incomprensible la situación de los insomnes. Desgraciadamente, muchos de los que padecen estas alteraciones experimentan una agravación de su problema cuando empiezan a tomar pastillas para dormir. Tristemente, como muchas personas conocen su coste, no toman este tipo de pastillas para crear un problema de drogodependencia.
Debido a los “hábitos sociales” que muchas personas adoptan para ayudar a su “relax”, hay mecanismos de afrontamiento que con mucha frecuencia evidencian tener un doble filo. Se convierten en adicciones cuando los sentimientos individuales son necesarios para su vida. El tabaco, el alcohol, la cafeína, las benzodiacepinas, todo ello puede parecer inicialmente que ayuda al individuo, no obstante tiene un precio.
Finalmente, está el amor. La emoción de la que se dice que hace girar al mundo. Tiene muchas formas, muchas expresiones y también muchas consecuencias. Puede ser dulce o agridulce. Para algunos el amor puede verdaderamente convertirse en una enfermedad.
Dado que las emociones pueden ser múltiples y diversas, el número de problemas emocionales puede llegar a ser legión. Afortunadamente, mientras la causa del problema puede parecer insoluble, el estado de ánimo no lo es. Es posible restablecer el equilibrio y la armonía de tal forma que uno puede buscar con calma el problema y abordarlo apropiadamente con optimismo.
Constituciones vulnerables.
Todo el mundo conoce personas a las que se podría describir como: “de mal genio”, “un pesimista de nacimiento”, “un depresivo de toda la vida”, “un portador de culpa”, “una persona que continuamente se lamenta”, etc. En otras palabras, en tanto que ciertas personas pueden dominar un arrebato emocional, o sólo pasan transitoriamente una emoción, otras reaccionarán ante la misma de una forma característica.
Usted no tiene que ser un psiquiatra, un psicólogo o un experto observador de la naturaleza humana para apreciar que ciertas personas parecen más sensibles que otras. Enfrentadas a una situación de estrés, sea ésta ambiental, física o emocional, son capaces de reaccionar correctamente a su antigua forma. Por tanto, utilizando los ejemplos anteriores, si cinco personas representativas de esos grupos experimentan el mismo trauma, deberán reaccionar respectivamente con enfado, ansiedad, tristeza, remordimiento, lástima de sí misma.
Da la impresión de que la gente reacciona según su tipo constitucional. Obviamente, es de inmensa importancia que se pueda precisar esto, desde que uno puede predecir la forma en la que alguien es capaz de reaccionar, entonces el modelo o pauta de su reacción emocional nos hará pensar en la mejor forma de abordar su tratamiento.
Puede ser que algunas personas reaccionen de una determinada manera a los cambios atmosféricos, prefieran ciertas comidas, tengan predisposición a un determinado malestar o incluso posean ciertos rasgos físicos.
Como es natural, alguien que tiende a sentir depresiones durante mucho tiempo también puede reaccionar a los acontecimientos con ira, ansiedad o remordimiento. Una emoción puede llevar de forma natural a otra, o puede ser al mismo tiempo la emoción “apropiada”. En ocasiones, esta mezcla de emociones puede resultar muy molesta, pero igual que el número gordiano es posible desenmarañarlo y tratarlo apropiadamente.
En síntesis: las emociones tienen numerosos componentes. El sentimiento emocional se acompaña a menudo de la sensación física y de un modelo de comportamiento. Esto significa que la emoción tiene efecto sobre la mente, el cuerpo y el entorno. Siendo éste el caso, se ha de aclarar que la mejor forma de plantear el problema consiste en estudiar como partes de un cuadro el sentimiento, la sensación y el modelo de comportamiento. Esto es en esencia el planteamiento holístico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario