domingo, 14 de agosto de 2011

Los Gitanos

Pueblos del mundo: Los Gitanos

En tiempos muy antiguos, los pueblos no sembraban. La gente se alimentaba de frutos y plantas que encontraban y en los animales que cazaban. Cuando en un lugar se terminaba lo que se podía comer, hombres, mujeres y niños se iban a otra parte. Fue cuando comenzaron a sembrar que los pueblos se quedaron viviendo en un solo lugar.
Pero algunos grupos continuaron una vida viajera. Los comerciantes, por ejemplo, tenían que recorrer grandes distancias para ofrecer sus mercaderías. Los que trabajaban los metales y fabricaban herramientas tenían que ir de pueblo en pueblo haciendo su trabajo. Otros que iban de pueblo en pueblo, llevando diversión, eran los músicos y los bailarines.
En el gran país de la India todavía hoy se encuentran caravanas que va de un lugar a otro ofreciendo sus productos o buscando pastos para sus animales.
Hace unos 700 años, algunos de esos grupos se alejaron de la India y llegaron al continente de Europa. Allí se pensó que venían de Egipto. Por eso al principio se los llamó egiptianos, y después gitanos.
Se ganaban la vida haciendo canastas y otras artesanías. Algunos arreglaban ollas y otras cosas de metal. La cría de caballos fue siempre uno de sus negocios favoritos. Otros eran domadores de osos y muchos trabajaban en circos. La vida de los circos les gustaba mucho a los gitanos, porque viajan continuamente. Pero en toda la historia de este pueblo, los gitanos nunca quisieron cultivar la tierra.
Los gitanos siempre han sido grandes músicos y bailarines. Se dice que nadie puede tocar un violín como un gitano. Allí donde llegan aprenden la música del pueblo. Cantan y bailan con un encanto especial.
Las familias gitanas son muy grandes. En una misma casa pueden vivir el padre, la madre y los hijos con sus esposas y niños. Tienen la costumbre de casarse entre primos.
Las mujeres son las reinas de la familia. Ellas son las que más dinero llevan al hogar. Cobran por adivinar la suerte. Las gitanas dicen que ellas pueden saber el futuro de una persona viéndole las líneas en la palma de la mano o echando cartas de un naipe. En los países adonde llegaron, siempre se les tuvo mucho miedo. Se decía que las gitanas tenían poderes mágicos y que podían cambiarle el destino a una persona.
Los gitanos nunca han tenido un único líder, o un rey aceptado por todos. Su religión es la del país donde se encuentran.
No tienen una religión propia. En la mayor parte de Europa se hicieron católicos y muy devotos de los lugares de peregrinación.
Durante mucho tiempo la mayoría de los gitanos no sabía leer ni escribir. Algunos dicen que no escribían para que no se conocieran los secretos de su pueblo. Muchos de ellos hablan un idioma propio, el romaní. Entre ellos no se llaman gitanos, sino rom. Esa palabra en romaní significa hombre o esposo.
Un gitano tiene tres nombres. El primero lo susurra la madre al oído del niño poco después del nacimiento. Nadie más lo conoce. Creen que así engañarán a los malos espíritus que no sabrán nunc a el verdadero nombre del niño. El segundo es el que reciben en el momento del bautismo. Es el nombre que tendrán entre los gitanos. El tercero es el que aparece en los documentos, y es el nombre que conocen los que no son gitanos.
El casamiento es el momento más importante en la vida de un gitano. Las parejas son muy fieles, y su unión es para toda la vida. Para mostrar que es el hombre más feliz del mundo, el novio hace una fiesta que dura tres días. Es capaz de gastar todo lo que tiene. Algunos quedan endeudados para el resto de su vida. O tienen que pedirle prestado a la novia para pagar las deudas. A la fiesta pueden llegar gitanos y no gitanos. Hay de comer y tomar para todos. Es tanta la alegría que en algunas fiestas el novio hasta sale a la calle a tirar billetes al aire.
En los pueblos que visitaban los gitanos, de vez en cuando desaparecía algún caballo. Y vendían caballos viejos como si fueran jóvenes, peinándolos con cuidado y pintándolos con betún. También podían enfermar una vaca y después se ofrecían para curarla. Estas costumbres y el color oscuro de su piel hicieron que en Europa se desconfiara de los gitanos. Se inventaron sobre ellos muchas historias. La gente decía que habían hecho los clavos de la cruz en la que clavaron a Jesús, y que por eso estaban condenados a vagar para siempre, mintiendo y robándole a todo el mundo. También se decía que se robaban niños de los pueblos a los que llegaban. Pero la verdad es que los gitanos recogían a los niños abandonados que encontraban en su camino.
En países como Alemania, Inglaterra y Francia los gitanos fueron expulsados por no respetar las leyes. Muchos buscaron refugio en España. Fue el país que más les agradó para andar ambulantes de un pueblo a otro. Pero también allí, en una época, se hicieron leyes para impedir que siguieran con algunas de sus costumbres. Tenían que dejar de viajar por el país. No podían tener caballos ni yeguas, y se perseguía a quien los ayudara o les comprara animales. Y hasta en las iglesias podían ser apresados si se refugiaban allí. Si desobedecían esas leyes, se los podía fusilar o se les cortaba las orejas. Pero los gitanos siguieron con sus costumbres como si nada.
Con el paso del tiempo, muchos de los gitanos se fueron quedando en alguno de los lugares donde no los molestaban. Muchos se quedaron en la región de Andalucía. Allí, en las afueras de la ciudad de Granada, ocuparon unas cuevas que hay en las montañas. Cavaron las laderas de los montes para hacer viviendas de una o varias habitaciones. En algunas hasta colocaron baldosas en el piso y repello en las paredes. Unos pocos pusieron agua y electricidad.
Fue también en esta región de España donde nació el flamenco. Son bailes y cantos que se acompañan con guitarra. No se sabe si el flamenco ya existía cuando ellos llegaron a Andalucía. Pero los gitanos, con la gracia de sus mujeres y la emoción de sus voces, lo hicieron suyo. Hoy en día, el flamenco es un orgullo de España.
Desde Europa, algunos gitanos se embarcaron hacia tierras lejanas, como América y Australia. Pero en el mundo ya son pocos los grupos de gitanos que todavía siguen viajando de pueblo en pueblo. Casi todos han elegido algún lugar para vivir. Como vender caballos ya no les deja dinero, ahora muchos se dedican al comercio de automóviles.
Aunque los gitanos son gente pacífica, se los ha maltratado mucho. Durante la Segunda Guerra Mundial muchos miles murieron en campos de concentración. Y hoy en día en muchos lugares se los sigue persiguiendo. Las Naciones Unidas ha recomendado a todos los países del mundo que respeten a los gitanos como a cualquier otro ciudadano.
Una de las razones por las cuales los gitanos eran perseguidos en Europa era por pasar las fronteras de los países sin pedirle permiso a nadie. Pero en los últimos años la mayoría de países europeos han vendido uniéndose cada vez más. Poco a poco vamos viendo nacer la Tierra sin fronteras con la que sueñan los gitanos.
“La música y el baile son parte de la vida de un gitano”
“Para los gitanos, lo más importante es la libertad”.

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