domingo, 14 de agosto de 2011

¿Se está calentando la Tierra?

¿Se está calentando la Tierra?

Hace unos 240 años, el mundo vivía tranquilo y en silencio. La gente andaba a pie, trabajaba con sus propias fuerzas y con la ayuda de los animales domésticos. En el año 1769 se inventó el primer motor, que funcionaba con carbón y vapor de agua. Tan sólo 50 años después, se instalaron cientos de fábricas manejadas por máquinas. Corrieron los primeros trenes y navegaron los primeros barcos de vapor. Poco después vinieron los carros con motor de gasolina. En pocos años, cambió la vida de la humanidad. Hoy día, ya nos cuesta imaginar un mundo sin automóviles, sin aviones, sin luz eléctrica y sin máquinas.
Pero todos esos motores y fábricas al quemar combustible, lanzan al aire, o sea a la atmósfera, millones de toneladas de una sustancia llamada bióxido de carbono. Y los científicos temen que un cambio en la atmósfera puede traer un cambio en el clima.
La Tierra recibe del Sol constantemente luz y calor. Pero parte de esa luz y también de calor rebota en el agua del mar o en las nubes. Entonces sube y se pierde en el espacio. Pero el bióxido de carbono, que se encuentra en el aire, dificulta ese rebote. El calor se acumula en la atmósfera y esto es lo que se conoce como “Efecto Invernadero”, o sea el vapor de agua y otros gases, como el bióxido acumulan calor en la capa de aire de la Tierra. Por eso, un aumento de carbono en la atmósfera podría significar un aumento del calor en la Tierra. Se sabe que en los últimos cien años la temperatura promedio del clima aumentó en medio grado.
Los científicos también han tratado de calcular qué pasará dentro de cien años si el consumo de combustible aumenta de la misma manera que hasta ahora. Pues hay muchos países muy pobres que esperan llegar a tener por lo menos las mismas comodidades que nosotros tenemos. Según esos cálculos en el año 2100 tendríamos de 1 a 3 grados más de calor en el clima, y el nivel de las aguas del mar subiría unos 50 centímetros, pues las enormes masas de hielo de los polos se derretirían más rápidamente. Con el fin de prevenir todo esto, los representantes de muchos países se reúnen cada año y discuten cómo evitar el aumento del bióxido de carbono.
Otros científicos creen que el aumento del carbono se debe sobre todo a que se han reducido los bosques. Sin embargo otros nos dicen que más carbono en la atmósfera en cierta forma beneficia la agricultura, porque sirve como fertilizante para las plantas y explican que los motores no sólo botan carbono, sino también otros gases como los sulfatos que más bien detienen la luz del Sol. Es decir: en lugar de calentar, enfrían el clima.
Pero aparte de quién tenga razón en esta discusión, hay que reconocer que las fuerzas propias que gobiernan la Tierra, la calientan y también la enfrían. Actualmente, en el mes de enero, estamos 5 millones de kilómetros más cerca del Sol que en el mes de julio y la Tierra recibe 1 grado y medio más de calor en enero. Pero dentro de 24 mil años ya no habrá esta diferencia y durante todo el año la Tierra recibirá la misma cantidad de calor. Esto se debe a su propio movimiento en el espacio. Lo mismo sucedió hace miles de años y también provocó cambios en el clima.
Hace 200 mil años hubo una época de frío llamada “Glaciación de Riss”. Poco a poco se cubrió de hielo gran parte de la Tierra. Luego, con el paso de los años, la Tierra fue cambiando de posición. Entonces de nuevo empezó a calentarse el clima y se derritió parte de los hielos. Grandes extensiones se cubrieron de bosques y abundaron los animales. Eso sucedió hace unos 150 mil años.
Pasaron muchos siglos y empezó una nueva época de frío. La nieve que caía poco a poco fue cubriendo las montañas y animales hasta dejarlos congelados en el fondo otra vez. Y ahora las personas que trabajan haciendo pozos profundos, atravesando el hielo hasta llegar al suelo para sacar petróleo, han encontrado restos de plantas y animales que vivieron allí en esa época de clima cálido.
La nieve también caía en el mar y se formó una capa de hielo que unió el norte del continente de América con Asia. Se cree que por allí pasaron entonces los primeros hombres que poblaron nuestras tierras.
Hace 25 mil años terminó el último periodo de frío, en el cual los hielos cubrían la mayor parte del norte y sur de la Tierra y empezó una nueva época de calentamiento. Enormes cantidades de hielo se empezaron a derretir lentamente, llevando a que quedara sólo una tercera parte de lo que había en aquel tiempo. Los científicos opinan que el hielo de las zonas polares se seguirá derritiendo por muchos años más. Quiere decir que estamos viviendo una época en que el clima se está calentando muy lentamente Sin embargo, es cierto que el desarrollo de la humanidad ha provocado algunos cambios en la atmósfera, que ha acelerado el calentamiento de la Tierra. Esto bien se podría evitar. Ya existen acuerdos internacionales de protección al ambiente. Pero existen también leyes de la naturaleza que nadie puede evitar. Podría ser que dentro de algunos cientos de años el clima se caliente unos grados y el mar suba poco a poco un metro más. Pero esto no significa un verdadero peligro ni mucho menos algo sin solución.
La naturaleza a veces es amenazadora, ejemplo, hasta las erupciones de los volcanes pueden hacer cambiar el clima. En junio de 1991 el volcán del Monte Pinatubo en Filipinas, hizo tal erupción que las cenizas lanzadas a la atmósfera formaron una nube de polvo que bajó la temperatura promedio de la Tierra en medio grado, durante los dos años siguientes; pero nos ha mantenido con vida en este mundo a través de miles de años. Dependemos de ella y la amamos. Y no queremos ser culpables de causarle daños irreparables. Por eso científicos y gobernantes y todos nosotros, estamos dispuestos a aceptar las medidas de prevención.
Adaptado de: Almanaque Escuela Para Todos. 2000, pág,40-43.
El peligro en los polos (actualización).
Con todo, actualmente ambos polos están en peligro. El efecto de la actividad humana, incluso cuando ésta se produce lejos, está obligando a nuestras regiones más frías a enfrentarse a su peor enemigo: el calor. La intensificación del efecto invernadero en la atmósfera provocado por las emisiones de gases contaminantes como el CO2 y el metano está fundiendo los hielos acusadamente y de forma mucho más rápida en el Ártico que en la Antártida. Si el Norte es más vulnerable es en parte porque el Sur guarda mucho más hielo, (cubre el 98% de la Antártida, concentrando así el 80% de toda el agua dulce del planeta), y éste es además continental, con un espesor medio de dos kilómetros, lo que lo hace más resistente. En cambio, el hielo ártico es fino y flotante (no hay continente) y se derrite con facilidad.
Un estudio publicado en ‘Geophysical Research Letters’ el mes pasado concluía que, de continuar el calentamiento, el Ártico podría llegar a deshelarse casi por completo en 2040. Otros modelos climáticos sitúan este panorama en 2080 ó 2100, pero apuntan a la misma tendencia. El pasado verano, la extensión mínima de hielo ártico, calculada en los meses más calurosos, alcanzó niveles mínimos históricos; algo grave teniendo en cuenta que el hielo que se pierde no es sólo el formado en invierno (que se congela cada vez más tarde y se derrite antes), sino también el perenne. En cuanto a la Antártida, cada año se funden 152 kilómetros cúbicos, provocando aumentos del nivel del mar de 0,5 milímetros anuales, según el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo de EEUU (‘www-nsidc.colorado.edu’).
Grandes pérdidas de hielo. Recientemente, una imagen de satélite descubrió una grieta en el casquete ártico mayor que toda la superficie del Reino Unido; algo inusual incluso en las estaciones de máximo deshielo. Un estudio publicado hace menos de un año en ‘Science’ advertía de que la masa de hielo antártico se verá significativamente reducida en los próximos cien años. Semejante retroceso de los glaciares antárticos podría aumentar el nivel del mar en varias decenas de metros y alterar las corrientes oceánicas que determinan el clima.

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